Foto: Manuel Meyer / DPA |
Algunos lugares del nordeste de Brasil son desconocidos incluso para algunos de los propios brasileños: Entre el pueblo de pescadores de Jericoacoara y la pequeña ciudad colonial de São Luis se extiende un paisaje casi irreal de dunas, lagunas color turquesa de agua dulce y densos manglares. Y aquí se encuentran las playas más largas, vírgenes y solitarias del país.
Jericoacoara aún refleja la sencillez del antiguo pueblo de pescadores bañado por los colores y luminosidad característicos del noreste brasileño, localizado a, aproximadamente, 300 km de Fortaleza,(Capital del Estado de Ceará) el viaje hasta "Jeri" te permitirá el contacto con diversos ecosistemas característicos de la región.
“Jeri”,como es cariñosamente llamado por sus habitantes, tuvo suerte porque nunca se construyó una carretera asfaltada y sólo es posible llegar en jeeps o buggys a través de los 20 kilómetros de dunas salpicadas de lagunas. De ese modo no se ha llenado de masas de turistas y el pueblo ha mantenido bastante intacto su encanto. Incluso hoy en día las calles son de arena.
El agua de mar es siempre cálida y sus colores varían desde verde esmeralda al azul. El lugar lleva el beneficio de los vientos alisios, que soplan constantemente entre julio y diciembre haciendo su playa una de las más buscadas para la práctica de windsurf y kitesurf en el mundo entero.
Uno de los iconos más importantes de "Jeri" es la Pedra Furada, formación rocosa esculpida por el mar durante millares de años. El camino hacia ella también es interesante por la energía que se siente en el aire. Para los más místicos el lugar tiene una energía diferente de los demás.
Pedra Furada |
La región fue habitada por los indios Caeté conocidos como "los amigos del viento". En el siglo 17, Jericoacoara fue escenario de duras disputas entre los colonizadores portugueses, holandeses, franceses y los indios Tremembé.
Los primeros habitantes de la región fueron moradores de la región que huían de la sequía del nordeste en 1890 aproximadamente.
En 1994 el diario Washinton Post la eligió como una de las diez playas mas bellas del mundo.
Los primeros habitantes de la región fueron moradores de la región que huían de la sequía del nordeste en 1890 aproximadamente.
En 1994 el diario Washinton Post la eligió como una de las diez playas mas bellas del mundo.
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