Imagina que vas en una lancha a explorar una gruta. La luz del sol hace tiempo que ha desaparecido pero no te quedas a oscuras. Miles de puntitos de luz brotan de las paredes, una visión que recuerda a la de una noche estrellada.
Miles de luciérnagas de la especie Arachnocampa luminosa, llenan la cuevas de Waitomo Glowworm, en Nueva Zelanda. Los visitantes que tienen la oportunidad de ver el espectáculo son cautivados por los cuerpos radiantes que alumbran cada rincón de la gruta.
Estas luciérnagas sólo se encuentran en Nueva Zelanda y optan por residir en las cuevas cuando se acercan a su etapa larval, que puede durar entre 6 y 12 meses. En la gruta son capaces de hacer nidos de seda que dejan a su paso algunos hilos colgando que al iluminarse forman un espectáculo realmente sorprendente.
Aunque las cuevas por su estructura ya son son espectaculares cuando las luciérnagas empiezan a brillar brindan la ilusión de un mar adornado por estrellas brillantes.
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