Un día doce manos gigantes surgieron sobre uno de los canales de Venecia, Italia. Ubicados en el distrito de Castello, precisamente en la Calle Seconda de la Fava. Estos brazos parecen vigilar el pasado, el presente y de la incertidumbre del futuro y a la vez son el símbolo de la necesidad de construir puentes y superar divisiones.
Construyendo puentes, obra de Lorenzo Quinn. Materiales poliestireno expandido y recubrimiento de poliurea |
La instalación se levanta en el antiguo astillero Arsenale contra el trasfondo de una ciudad que constituye históricamente una puerta entre oriente y occidente. Building Bridges es una obra escultórica de más de 11 metros de alto y unos 19 metros de largo.
La obra Building Bridges (Construyendo Puentes) del escultor Lorenzo Quinn fue creada para la edición 2019 de La Biennale di Venezia. Todo el esplendor del renacimiento veneciano conjuga a la perfección con la blancura, pureza y ternura de esta obra.
El puente de brazos brinda un recibimiento mágico abrazándote de manera suave, pero poderosa. Esas manos a modo de puente, sostienen seis valores representando mensajes universales. Capaces de adentrarte en un nuevo lugar en el que se respira espiritualidad y conciliación.
Vista nocturna de la instalación |
«Cada par de manos de la escultura celebra uno de los seis valores humanos universales: amistad, para construir juntos el futuro; sabiduría, para tomar decisiones mutuamente beneficiosas; ayuda, para cimentar relaciones duraderas; fe, para confiar en tu corazón y en tu autoestima; esperanza, para perseverar en esfuerzos que valen la pena; y amor, el propósito fundamental de todo esto».
- Lorenzo Quinn
La simbología de las manos unidas se comunican con el espectador mediante un inmóvil baile de gestos. Gracias a la vida infundida a estos brazos por el artista se visualizan en cada par de manos esos valores universales a través del tacto. Ya sea que se estén rozando o apretándose con fuerza, los grupos forman una expresión innegable que se entiende de manera universal. La fuerza, el amor y la empatía relucen a lo largo de toda la escultura las emociones en las arrugas de las palmas de las manos, en los tendones de las muñecas y en la posición de los dedos.
La obra de arte reivindica el lugar de Venecia como punto de unión de culturas, entre la herencia romana y la potencia bizantina, meca de comerciantes en la Ruta de la Seda y de artistas a lo largo de los siglos.
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